El Pedroso, un pintoresco pueblo enclavado en la Sierra Norte de Sevilla, atesora un pasado minero que dejó huella no solo en Andalucía, sino en la historia industrial de España. Sus raíces en la extracción de metales se remontan a más de dos mil años, y aún hoy el paisaje conserva cicatrices de una actividad que impulsó el crecimiento económico y demográfico de la comarca.
Época romana: los orígenes del hierro pedroseño.
Las minas de hierro de El Pedroso ya eran conocidas y explotadas por los romanos desde el siglo I a.C. Las vetas superficiales de hematites y limonita ofrecían un mineral de alta calidad, muy valorado para la fundición de armas, herramientas y estructuras públicas del Imperio. Se han encontrado restos de hornos, escorias y antiguas galerías mineras, prueba de una intensa actividad que convirtió a la zona en un enclave metalúrgico estratégico de la Bética romana.
El transporte del mineral se realizaba mediante calzadas hasta Hispalis (la actual Sevilla), desde donde se distribuía por vía fluvial. Esta conexión favoreció el desarrollo de El Pedroso como núcleo habitado permanente. La minería fue un motor que introdujo tecnologías romanas en la zona, muchas de las cuales marcaron la base de su identidad económica durante siglos.
Siglos XIX–XX: apogeo industrial y transformación del paisaje.
El verdadero auge minero llegó entre los siglos XIX y XX, cuando El Pedroso se integró de lleno en la revolución industrial. Con la entrada de capital extranjero, especialmente francés y británico, se fundaron compañías mineras como la Compagnie des Mines d’El Pedroso, que explotaron intensamente las minas de hierro. Este periodo supuso la apertura de nuevas galerías, la instalación de modernas instalaciones de lavado y transporte, y la creación de una vía ferroviaria en 1895 para unir El Pedroso con Sevilla y Huelva.
Durante décadas, miles de toneladas de hierro salieron de sus minas rumbo a fundiciones de toda España y Europa. Esta bonanza transformó la economía local, generando empleo y un notable crecimiento poblacional. Las minas del Pedroso fueron incluso consideradas estratégicas durante la Guerra Civil por su aporte a la industria bélica nacional.
Declive, patrimonio y memoria minera.
La actividad minera decayó progresivamente tras los años 60, hasta su cierre definitivo en los 80. Hoy, los vestigios de esta época —como antiguas chimeneas, pozos y túneles— forman parte del patrimonio industrial de la Sierra Norte. Algunas rutas de senderismo permiten visitar estos espacios cargados de historia y silencio.
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